Durante las últimas semanas hemos tenido el privilegio y la responsabilidad de formar parte de los Tribunales de las defensas de TFM (Trabajo Final de Máster) en varios grupos de los Másters de Comercio Electrónico y Marketing Online de EAE Business School. Así que nos metimos a jurado por un día (es un decir; realmente fueron varios días, o noches, mejor dicho, ya que acabábamos bien tarde). La tarea era sencilla: grupos de alumnos tenían media hora para presentar las bondades de sus proyectos, un business plan de un negocio digital. Después, junto con Kim Bosch, el otro miembro del jurado, teníamos 15 minutos para dar valoraciones, formular preguntas y puntuar cada presentación.
Otra vocación descubierta, ya que desde el primer trabajo nos sentimos muy cómodos con la toga y la maza (en un sentido figurado, claro). Valorar el trabajo de los demás muchas veces no es tarea sencilla, pero menos sencilla es la de ser valorado, así que nos tocó la parte más amable de la ecuación.
En total fueron 21 grupos los que valoramos, en todos los formatos, a cuenta de la pandemia: presencial, online o una mezcla de ambas. Esta circunstancia, por comparación, nos dejó muy a las claras que por mucho que nos hayamos acostumbrado a la video conferencia, el feeling del tú a tú es insustituible. La verdad es que todavía hay un auténtico abismo entre las presentaciones presenciales, donde miras cara a cara al alumno, le ves como se mueve, qué lenguaje corporal usa, etc… y las presentaciones online donde el alumno son una colección de píxeles en una ventanita con un audio que nunca se acaba de escuchar perfecto. En definitiva, seguimos en el siglo XXI y parece que lo presencial no ha muerto; pese a ello tampoco estuvo mal valorar a alguien que te enseña su cotidianidad por una cámara a miles de kilómetros de distancia y con océanos de por medio.
Antes de acabar, agradecer a Nicolas Laczka, por seleccionarnos y por su titánica labor como tutor de todos los proyectos y siempre atento, con su sonrisa siempre presente.
Esperamos poder seguir al frente de futuros tribunales, porque convenimos con el resto del jurado que formamos un buen equipo… y además empezamos una bonita tradición que habrá que conservar: