En el nombre del pádel

No es a primera vista algo de la incumbencia de los lectores de este blog (en su mayoría esperamos que clientes o potenciales clientes nuestros) lo que los trabajadores de Houser & Houser hacemos cuando suena la campana. Pero por si acaso lo vamos a contar…

No es cada día, pero durante el último trimestre hemos hecho dos actividades principales fuera de la oficina. Los entendidos en Recursos Humanos lo llaman Teambuilding y seguro que tienen una teoría detrás de porqué hacer este tipo de actividades. Nosotros confesamos que no hemos leído muchos manuales al respecto, pero mezclando un poco el sentido común con las ganas de pasarlo bien (en general) pensamos que unas risas fuera de la oficina se convertirán en ganas (aunque sea un poco) de trabajar al volver al tajo.

Total, que hace unas semanas nos citamos en un parque cercano a la playa, y junto a nuestros vecinos Comadi hicimos una clase de Crossfit personalizada. Ninguno de nosotros tiene una relación peso-músculos óptima, pero nos lo pasamos realmente bien luchando contra la gravedad e intentando superarnos un poquito.

Y ayer el espíritu de Rafa Nadal nos sobrevoló, lo encerramos entre cuatro paredes e hicimos un campeonato de pádel entre los Housers y algún invitado de prestigio. El nivel de juego no era para tirar cohetes, pero el nivel de carcajadas sí. Además con los múltiples intercambios de pareja (cuidado malpensados) conseguimos fortalecer lazos entre muchos de nosotros.

Como decíamos, hacer estas actividades de vez en cuando nos hace retomar el día a día con más energía, por lo tanto quizás sí sea del interés de nuestros clientes que las hagamos. Porque es muy probable que el próximo partido de loquesea haga que nuestro trabajo sea un poquito mejor.