«Cena de Navidad»

Tan innovadores en la mayoría de sentidos, pero para algunas cosas somos muy tradicionales. La cena de Navidad es una de estas cosas. La hacemos a nuestra manera, pero la hacemos, no es negociable.

Lo primero que sorprende es la fecha, un mes más tarde de lo ortodoxamente esperado. Pero en las fiestas navideñas el calendario de todo el mundo está ya suficientemente apretado, así que pensamos que rescatar un martes cualquiera del mes de enero convierte lo que podría ser un agobio en una motivación inesperada.

Sonrisas nerviosas previas a la entrada en la habitación Circus de Bizarre

Y luego está el tema de, por llamarlo de alguna manera, «la cena». Nunca fuimos muy devotos de la mesa y mantel, así que todo nuestro evento gira en torno a una actividad, lo que hoy en día se viene llamando teambuilding. Este año hemos visitado el Room Escape Bizarre, una experiencia magnífica que ha puesto a prueba a nuestras neuronas. Una conjunción perfecta de nuestras ideas, el audaz ingenio del equipo y la ilusión de todos por conseguir algo juntos… no han sido suficientes para salir a tiempo, pero un oportuno contacto en la dirección nos ha concedido dos minutos extras que nos han servido para lograr escapar. 

El Circo de Houser & Houser, equipo «ganador»

Tras el subidón de adrenalina, tradicional visita al bar más cercano para comentar las sensaciones vividas en la actividad, escuchar batallitas del pasado de los jefes y sueños del futuro de los más jóvenes. Y seguro que más cosas, porque cuatro horas dan para mucho, pero por política de empresa de trabajo no se ha hablado. En la oficina somos los más eficientes de Europa, pero fuera de ella los más divertidos del mundo. En serio.